El expediente quedó en manos del juzgado de lo Contencioso Administrativo N°2 de Córdoba. Los demandantes, a través de un comunicado, detallaron que la exposición constituía "un ataque a los derechos fundamentales".
La obra había estado exhibida en la muestra "Maculadas sin remedio" y contaba con el respaldo de la Diputación local y la Fundación Rafael Botí. En el evento se constató que una persona rasgó la pintura de arriba abajo. El ataque de vandalismo quedó grabado por las cámaras de seguridad.

Además de la Asociación de Abogados Cristianos, también fue cuestionada por algunos sectores políticos como el Partido Popular, Ciudadanos y Vox. Hasta el obispo de la ciudad se pronunció sobre el tema y llegó a comprar a la obra con Satanás.
La Fiscalía de Córdoba, por su parte, archivó una denuncia del Partido Popular y de la asociación Presencia Cristiana. En un extenso argumento, el Ministerio Fiscal argumentó que no había quedado acreditado que el cuadro suponga "un escarnio de los dogmas, creencias, ritos o ceremonias religiosas". En esa misma línea, sostuvo que no se comprobó que la autora haya querido ofender los sentimientos de los miembros de la religión católica.